Entre puños y agresiones colectivos lograron dispersar la protesta de maestros que logró burlar el cerco policial dispuesto en la avenida Universidad. Una vez más el hombre que les muestro en la fotografía se deja ver repartiendo golpes sin que haya un policía dispuesto a hacer respetar su uniforme y capturarlo en flagrancia a segundos de agredir a mujeres y periodistas.
Entre rabia e indignación los maestros decidieron retirarse para no exponerse más. La confusión reinó por varios minutos cuando intentando arrebatarnos el teléfono varios infiltrados se acercaron para amedrentar a quienes resteados defendieron su presencia en el centro de Caracas. Una maestra con la bandera nacional en su mano les decía a viva voz ¨Venezuela es de todos. Aquí no hay territorio chavista u opositor¨ y honestamente comparto su sentir.
¿ Hasta cuando la violencia y el malandraje me pregunté?.
La protesta fue una acción gremial. Pacifica y hasta colorida. Varios maestros de Barlovento y otras zonas de Miranda llegaron a la capital y con música manifestaban su molestia de sobrevivir impartiendo clases en escuelas destruidas, sin electricidad y viendo como sus alumnos se desmayan por no tener que comer.
Cada consigna servía para protestar y criticar a Aristóbulo Isturiz como ministro. Lo califican como ¨el peor¨ porque además lo sufren. Un docente con maestría con suerte percibe al mes 60 mil bolívares y se debate entre si come harina, huevos o lentejas y aunque la vocación está en ellos con ánimos ¨no se llena la nevera¨.
Así se mantuvieron en la avenida Universidad. Los maestros pidieron de todas las maneras posibles al cerco policial de la PNB y la Guardia Nacional que los dejaran llegar a la Asamblea Nacional. Los uniformados les aseguraban que para resguardar su seguridad era mejor evitar.
La lucha pudo más y en grupos pequeños avanzaron hacia el centro. Algunos tomaron la Lecuna, otros se fueron en metro hasta Capitolio y el resto luego de caminar por el bulevar, pasar frente a la plaza El Venezolano y la plaza Bolivar y llegar hasta la esquina de San Francisco.
La protesta continuó y documento en mano René Zapata representante de los educadores en los Altos Mirandinos anunció un posible paro nacional.
¨Hablar de paro es un formalismo, porque ya la educación esta destruida. No tenemos comida, ni un salario digno y las escuelas están en el piso¨.
Mi medalla es mi arma
Yileni Tovar se colgó del cuello la bandera. Sola caminó hasta el piquete de la Policía Nacional y mirándolos a los ojos les pedía que se sumaran a la protesta. Les dejó claro que la lucha no es contra ellos sino contra quienes sin distinción quieren acabar con la educación de las futuras generaciones.
Orgullosa nos mostró su medalla, en el cordón verde donde colgaba están grabadas la siglas de la UPEL una institución a la que defienden por dejarles su formación profesional.
¨Yo aún no puedo entender como en cadena salen diciendo que todo está bien, cuando yo tengo que ver a mis alumnos desmayarse mientras cantan el himno nacional¨.
Durante la protesta también conversamos con Ilenis Pulido. Pancarta en mano gritaba que la acción del régimen contra los maestros es un exterminio. Una catástrofe conocida en el despacho de Educación y que se ignora con saña política, ante la intensión de Istúriz de adoctrinar a los alumnos a través de chamba juvenil.
¨Es que ni chamba juvenil les va a servir porque con hambre no se trabaja concluyó¨.
por ESTENINF OLIVAREZ
Fuente: Caraota.net