A juicio del especialista, consultado
por el diario La Verdad, las condiciones socioculturales y de nutrición que
atraviesa actualmente Venezuela, inciden en el incremento de enfermedades que
“deberían estar erradicadas”.
Recomiendan nuevo test de diagnóstico rápido para tuberculosis
El experto avistó un mal panorama en la
salud de los zulianos frente a la tuberculosis, por la falta de tratamientos
preventivos y retraso del Ministerio de Salud en la entrega de los
medicamentos.
Lo que en el siglo pasado fue el
Sanatorio Antituberculosos, hoy es el Hospital General del Sur y no cuenta ni
siquiera con el área de tisiología para tratar a quienes están infectados. “Fue
un error haber cerrado el ala. Fue producto de la decisión de gestiones
pasadas”. El doctor Márquez reclamó que la clausura fue sin el consentimiento
del Sistema Regional de Salud y de los médicos del recinto.
Al respecto, el presidente de la
Sociedad de Neumonología del Zulia, José Ignacio Delgado, destaca que es
necesario el compromiso del Estado en la entrega y disposición de los fármacos,
que “no pueden fallar” y la permanencia de los servicios para garantizar una
atención óptima a la ciudadanía.
Escasea la vacuna contra la tuberculosis en Ciudad Guayana
“El apoyo familiar en la mejora de los
afectados, porque de ello depende la continuidad o el abandono del tratamiento.
Hay mucho rechazo social porque la tuberculosis está asociada a la pobreza y a
la desnutrición, y eso a nadie le gusta”, refiere Delgado.
Brote de tuberculosis contagia a 11 reclusos del retén El Marite
El trabajo realizado por el diario
marabino, hace referencia a un caso específico:
En la consulta de Tisiología estaba
Lenis Gamarra, quien le solicitó a la enfermera que le cambiara la cita de sus
ocho hijos porque no tenía dinero para pagar los pasajes hasta el centro de
salud. Los niños debían asistir para iniciar el estudio de contacto, pues su
familiar es una paciente con tuberculosis y el riesgo de contagio en el núcleo
familiar es alto. Así lo reseña laverdad.com
Su delgadez se aprecia a través de la
ropa y es que su mala alimentación no agiliza la mejora. “Cuando como mucho,
hago dos comidas al día y cuando hacemos una, nos aguantamos el hambre”,
comentó Gamarra tras el tapaboca.
Su esposo no tiene un trabajo estable y
hace maromas para llevar el sustento a la casa. La dama no puede trabajar ni
hacer colas para comprar productos regulados por su estado de salud. Su única
alternativa es pagarlos con sobreprecio en los abastos. Lenis Gamarra es
oriunda de Colombia y no cuenta con más familia en Maracaibo.
“Es demasiada la cantidad de enfermos de
tuberculosis, por eso hacemos hincapié en el estudio de contacto. Nos preocupa
que hay muchos niños contagiados”, lamentó Sol González, enfermera dedicada a
pacientes con la enfermedad.
En el Zulia hay alrededor de cuatro
millones de habitantes y el máximo de casos regionales registrados en la última
década es de 900, según las estadísticas del programa de salud respiratoria.
Pero Leopoldo Márquez, neumonólogo del Hospital General del Sur, considera que
hay más afectados sin diagnóstico y que la cifra real podría sobrepasar el
registro.
También calificó de imprescindible el
apoyo familiar en la mejora de los afectados, porque de ello depende la
continuidad o el abandono del tratamiento, como puede pasar con el caso de
Gamarra y su familia. “Hay mucho rechazo social porque la tuberculosis está
asociada a la pobreza y a la desnutrición, y eso a nadie le gusta”.



