A mitad del año 2016 el país enfrenta
una de las crisis más agudas de su historia, que sacudió el ámbito político,
social y económico. La Venezuela de hoy, con escasez, racionamiento,
inseguridad y una inflación desatada se asemeja a la Cuba de ayer, aquella que
vivió más de 50 años bajo el yugo del bloqueo económico.
Cinco décadas que marcaron para siempre
a los habitantes de la isla, quienes se adaptaron a la tarjeta de alimentación,
a los racionamientos eléctricos y a vivir para siempre en la misma casa donde
nacieron; ese panorama se refleja hoy en día en el tricolor venezolano, donde
la población más joven optó por emigrar, y la otra parte de los ciudadanos se
acostumbró o decidió lucha desde adentro.
“Cuba es nuestro ejemplo a seguir”, dijo
el ministro para la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, Jorge
Arreaza, quien apropósito del cumpleaños 90 de Fidel Castro aprovechó para
felicitar a la isla por superar todos los obstáculos.
Acá entonces las veces que el Gobierno
venezolano imitó exactamente el comportamiento castrista:
Los Comités Locales de Abastecimiento y
Distribución (Clap) se implantaron en el país por el Gobierno de Maduro, con la
promesa de frenar el contrabando y extracción de alimentos producto de la
escasez, sin embargo, el remedio ha sido peor que la enfermedad, pues la
población más vulnerable denuncia que las bolsas son revendidas y asignadas a
quienes comulguen con el Psuv , a quienes le llegan los alimentos, deben
esperar por lo menos un mesa para gozar de nuevo el beneficio.
En Cuba la situación es similar con la
“libreta” de racionamiento, que regula la venta de alimentos a precios
subsidiados, y tiene más de 50 años funcionando en la isla. Fue implantada por
Fidel Castro el 12 de julio de 1963 para enfrentar la escasez de alimentos y la
especulación en los precios.
Las eternas colas para conseguir
alimentos es el pan de cada día de los venezolanos, y en Cuba es un método con
más de cinco décadas que algunos llaman “fracaso económico”, mientras que los
gobiernos de ambas naciones argumentan que se trata del poder adquisitivo de
pueblo.
La ideologización de los más pequeños,
ha sido durante años, una de las críticas más recurrentes hacia Venezuela y
Cuba. Los Gobiernos han obligados a las escuelas a distribuir libros
“didácticos” de Hugo Chávez y Fidel Castro, donde ambos exmandatarios son
endiosados, e incluso vistos como segundos libertadores.
Los presos políticos ha sido una
preocupación de la comunidad internacional, por la violación de Derechos
Humanos en Cuba y Venezuela, donde las ONG aseguran que los países caribeños
irrespetan la libertad de pensamiento y están dispuestos a encarcelar a todo
aquel que se oponga a los régimen que lideran.
Hasta 2015, la lista de los presos
políticos en Venezuela era de 99, según el listado de Venezuela Awareness, con
sede en Miami.
La crisis eléctrica que afecta a ambas
naciones quedó evidenciada con los apagones de los últimos años. Por un lado el
Gobierno de Venezuela aseguró que se trataba de saboteadores que querían
manchar la gestión revolucionaria, pero luego adoptaron la teoría del fenómeno
de niño.
Por su parte, en Cuba, recientemente el
ministro de Economía, Marino Murillo, aseguró que el país presentaba
dificultades con “la disponibilidad de los portadores energéticos“. Así evitaba
decir cortes eléctricos, pero alertaba que se tendrían que tomar medidas de
ahorro energético.
“Las disposiciones para enfrentar la
actual situación evitarán los apagones a la población y las afectaciones a los
servicios básicos”, dijo Murillo.
Cuba vivió un “Período Especial”, como
se denominó a la crisis económica de la pasada década de los 90 tras la
desintegración de la Unión Soviética.
En aquella ocasión Cuba perdió de la
noche a la mañana a su principal suministrador de petróleo y comenzaron en todo
el país los apagones eléctricos durante la mayor parte del día.








