La nutrición de los venezolanos pende de un hilo con la propagación del COVID-19 - Venezuela..Libre

Post Top Ad

La nutrición de los venezolanos pende de un hilo con la propagación del COVID-19



000_1QQ7V6-758x426

Foto: AFP


La pandemia del nuevo coronavirus se sumó a la crisis económica para poner contra las cuerdas a los ciudadanos al momento de realizar sus compras de alimentos

Venezuela es uno de los 10 países con las peores condiciones de desnutrición, de acuerdo con el Informe Mundial sobre Crisis Alimentarias.

Y también destaca, negativamente, entre las cuatro naciones latinoamericanas con severos riesgos de desnutrición, seguido de Haití, Colombia y Ecuador. Estos dos últimos países con cientos de miles de migrantes venezolanos.

En Ecuador, el 37% de los migrantes venezolanos vivían en pobreza. Alrededor del 29% vivía en lugares muy concurridos y el 41% estaban sin hogar.

Mientras que en Colombia, uno en tres migrantes vivían en alojamientos inaceptables, refugios informales o en la calle y casi la mitad, 45%, vivió en condiciones de hacinamiento. La mayoría tuvo que usar la mendicidad, como estrategia emergente, para satisfacer su comida básica necesidades.


¿Cómo se prolonga esta crisis alimentaria?

Aunque se posean las mayores reservas de petróleo del mundo, es decir, una potencial fuente de ingresos de divisas. El país atraviesa por un séptimo año de una recesión económica y es solamente comparable con la Venezuela de 1863, devastada por la conocida guerra federal.

Para 2019 los precios de los alimentos se dispararon en más de 8.000%, eliminando el poder adquisitivo de los venezolanos según cifras del Banco Central de Venezuela, controlado por la administración Maduro.

Desde 2007 en Venezuela no hay cifras oficiales sobre índices de nutrición, mostrándose una característica del régimen socialista que ha sido definida por los parlamentarios como "oscurantismo" de datos oficiales.

En 2019, cuatro grandes apagones nacionales dejaron la mayoría del país sin electricidad durante varios días. Las interrupciones de energía, junto con la escasez de medicamentos y equipos, y éxodo masivo de trabajadores de la salud y especialistas, han llevado al sistema de salud al borde del colapso.

Para abril del mismo año 2019 el salario mínimo se estimó en 7 dólares mensuales y solo cubría el 4.7 por ciento de la canasta básica de alimentos.


Venezuela, un desolador escenario

Escasez de alimentos, precios altos de alimentos, falta del trabajo, la inseguridad y la violencia han impulsado un estimado de 4,8 millones o 15% de la población venezolana ha abandonar sus hogares y medios de vida para migrar desde el estallido de la crisis humanitaria.

Y aunado a ese escenario se asienta la pandemia de COVID-19 a un sistema de salud carente de las condiciones necesarias para atender a su población.

“La COVID-19 es potencialmente catastrófica para millones de personas cuyas vidas ya penden de un hilo. Supone un golpe para millones de personas más que solo pueden comer si ganan un salario. Los confinamientos y la recesión económica mundial ya han diezmado sus ahorros. Solo se necesita un shock más, como la COVID-19, para llevarlos al límite. Debemos actuar colectivamente ahora para mitigar el impacto de esta catástrofe mundial”, dijo el Economista Jefe de WFP Arif Husain.



abril 22, 2020, 
por Luis David Vasquez
Fuente: Caraotadigital.net